EL PERDÓN
Si realmente deseas vivir en paz y tranquilidad tendrás que aprender a perdonar. A lo largo de tu vida experimentas un sin fin de situaciones que van registrando emociones en algún lugar de tu memoria. Muchas veces no te das cuenta del dolor que sientes hasta que te escuchas hablando de lo mucho que detestas a alguna persona, o te descubres llorando con facilidad al mencionar cierto tema en particular. Tal vez sientes culpa o resentimiento por algo o alguien que te lastimó hace tiempo. El mejor consejo es: Perdona a todos y perdónales todo. Honestamente es el único camino.
Lo que nunca nos enseñaron sobre guardar rencor es que este sentimiento debilita tu cuerpo y consume poco a poco tu energía sin que puedas darte cuenta de ello. Tal vez creas que al tener resentimiento por esa persona que tanto te lastimó estás demostrándole lo fuerte que ahora eres y que no permitirás que te siga hiriendo más. Sin embargo, el sentimiento negativo que sientes por alguien sólo te daña a ti mismo, pues si la emoción nace de ti, también en ti se queda la carga dañina de energía que viene por añadidura. Además el odio que crees sentir no es más que una vieja herida que aún no has sabido cómo cerrar y sanar.
Perdónate a ti mismo por todas tus faltas, por todas esas veces que te has fallado, que no has hecho lo que realmente deseabas. Por todo el tiempo perdido, por haber permitido que otros te lastimaran, por no haber obtenido un título universitario, por haber llegado al último lugar en aquella carrera del colegio, por el concurso que no ganaste, por las amistades que has dejado atrás en el camino, por las oportunidades desaprovechadas, por la falta de ejercicio y buena alimentación, por no haber protegido tu autoestima, por no haberte defendido. Cualquier situación que te haga sentir ira, resentimiento, miedo, decepción, dolor, simplemente déjala ir, date permiso de equivocarte.
Para poder sanar cualquier herida emocional, comprende que actuaste de la mejor manera que podías en aquel momento, trátate con amor y comprensión. De nada sirve ser duro contigo mismo y menos al estar sanando un duro golpe que aún duele. Ahora tú eres el adulto que está a cargo de tu niño interior y te corresponde cuidar y proteger de esa pequeño que te ha de acompañar todos los días de tu vida. Tente mucha paciencia y no dudes en pedir ayuda profesional si lo consideras necesario. Aceptar y tratar tus debilidades te hará más fuerte de lo que puedes imaginar.
El hombre que amo me explicó hace tiempo que Dios creó el perdón porque sabía que lo íbamos a necesitar, sabía que fallaríamos con frecuencia, independientemente de tus creencias religiosas trata de hacerte amigo del perdón, pues si algo tenemos seguro es que tú, yo y todo ser humano vamos a equivocarnos muchísimas veces y en el camino habremos de lastimarnos tanto a nosotros mismos como a muchísimas personas.
Lo bueno de todo esto es que los seres humanos estamos conectados al amor, de una u otra forma buscamos y somos capaces de sentirlo, de darlo y recibirlo. Ello es lo que nos hace aprender, crecer, ser mejores. Y lo más importante a fin de cuentas: cuando aprendemos a perdonar nos liberamos, nos renovamos, florecemos, vivimos libres, tranquilos y comenzamos a sentirnos inmensamente dichosos.
Comentarios
Publicar un comentario